domingo, 10 de enero de 2010

La mujer: custodia y subordinación

Ya dije en su momento (entrada de mayo de 2009), que no iba a hacer ningún juicio de valor acerca del aborto y hoy, tampoco lo voy a hacer. Dos son las razones personales que fundamentan esta decisión:
La primera tiene que ver con el hecho de que soy un hombre, o lo que es lo mismo, que estoy situado en el lado cómodo de la opinión, aquel en el que se puede hablar sin sufrir ninguna de las consecuencias derivadas de nuestras decisiones.
La segunda razón, relacionada con la primera, tiene que ver con el hecho de que tengo un profundo respeto por todas aquellas personas que tienen que decidir desde su propia existencia y destino, y este respeto esencial me lleva, a su vez, a un profundo respeto hacia las propias opciones que toma esa persona.
En consecuencia, y a pesar de los ladridos misóginos y descerebrados de arzobispos, imanes, y demás fauna del bestiario humano, tampoco hoy voy a dar mi opinión acerca del aborto, no soy nadie para darla, e insisto en que sólo se la daría a una amiga, a título personal, y si me lo pidiese.
Pero a estas alturas de la historia de la humanidad (S. XXI), me pregunto por qué somos tan ruines, ignorantes, injustos y peligrosos para las mujeres: todo discurso acerca del aborto oculta un dominio sobre la mujer y una negación de la misma como sujeto ético y político autónomo.
¿Por qué nadie habla de qué significa la maternidad y la paternidad desde una perspectiva social y cultural? ¿Por qué nadie dice nada acerca de cómo afecta la maternidad y la paternidad a la mujer y al hombre, en lo que se refiere a su vida cotidiana como persona?
Todos sabemos que no es lo mismo ser madre que ser padre, que al seguir siendo el hombre el sujeto social y cultural dominante, todo lo que se le pide es una paternidad pública responsable: amor, reconocimiento, sustento. ¡Y nada más!
Mientras, la mujer continua siendo un sujeto social y cultural subordinado a la maternidad y desde esta perspectiva queda subordinada a su propia función biológica. Lo que se le exige es: amor, comprensión, sustento y renuncia. ¡Nada más y nada menos!
Por decirlo de una manera muy simple: tenemos todo un sistema de creencias (religiosas y/o laicas) que reducen a la mujer a un papel de madre y esposa, por lo que entonces es “normal” que pase inadvertido el hecho de que cuando una mujer se case o tenga un hijo, deba abandonar su trabajo (completa o parcialmente), para dedicarse a su familia (eso es lo que espera la sociedad de ellas), o deba dedicarse al cuidado de mayores dependientes (incluyendo a sus propias parejas).
A modo de recordatorio:
Para el 64,6% de los españoles es ideal que en una familia los dos cónyuges trabajen fuera de casa, mientras que el ¡33,4%! considera que la mujer debe estar siempre en casa o, al menos, menos horas fuera de casa que el marido, pues debe ocuparse de las labores del hogar.
Pero, y a pesar de ese 64, 6% que afirma que es ideal que la mujer trabaje fuera de casa, ¡más del 80%! de la población española considera que la función propia de la mujer es “ser madre”.
Así nos encontramos con que a pesar de lo avanzados que creemos ser, la realidad es que:
- El 72% de las mujeres trabajadoras tienen jornada parcial para poder dedicarse al cuidado de menores y mayores dependientes.
- El porcentaje de mujeres que abandonan el mercado de trabajo aduciendo motivos familiares supera por muchísimo al de los hombres: más del 95% para ella, menos de 5% para ellos.
- El 22% de las mujeres empresarias afirman que su pareja es el mayor lastre para su labor profesional.
Y así podríamos seguir analizando todas las sociedades a lo largo y ancho de este mundo para ver que la situación de la mujer es bastante vulnerable en comparación con la de los hombres: economía (sueldos, dobles jornadas de trabajo), familia, violencia (violaciones, violencia conyugal, acoso,…) doble moral, política (distribución del poder), religiones, etc., etc.,… distintos espacios en los que la mujer SIEMPRE SALE PERDIENDO con respecto al hombre.
Además, con unos valores de dominación masculina y una sociedad de subordinación femenina, es “normal” que algunos hombres (demasiados, por desgracia) se crean amos y señores de las mujeres con las que mantienen relaciones, con lo que las agresiones: físicas, psicológicas, sexuales y económicas estarían justificadas para ellos.
Y si no que se lo digan al arzobispo de Granada cuando legitima la violencia contra las mujeres que hayan abortado. Para quien no lo sepa este individuo afirmó públicamente que cuando una mujer aborta le está dando licencia absoluta al hombre para que abuse de su cuerpo.¡Y nadie lo acusa, juzga y encarcela! ¿Dónde está el Ministerio de Igualdad?
A ver si empezamos a asumir que estamos en un mundo en el que la mujer debe ser protegida a toda costa y que dicha protección no consiste en custodiarla, velarla y subordinarla, sino en reconocer y respetar sus opciones y decisiones como sujetos éticos y políticos autónomos.
Debemos crear una realidad en la que esto sea posible, en el que cada mujer pueda decidir por sí misma y desde sí misma, qué es lo que quiere ser.

3 comentarios:

Laura dijo...

Hola.
Me parece que llevas razón en todo cuanto dices,tanto cuando pones de manifiesto la autonomía clara de la mujer,aunque otros se empeñen en negarla,como cuando dices las barbaries,si es que se les puede llamar así,que se ejercen sobre la mujer.Barbaries como el dominio incesante por parte de la condición masculina y del Estado y la violación de su libertad propia.
Y en cuanto a esa referencia que has hecho de ese arzobispo,que le preocupa más lo que hace la mujer que lo que hace la propia iglesia a la que pertenece,creo que como ese tipo hay muchas personas y, a veces,duele el hecho de tener que oir lo mismo de la boca de una mujer, pues lo he llegado a escuchar.
Por cierto,el solo hecho de que sea mujer no es el motivo por el cual te doy la razón en todo cuanto has dicho,sino que cualquier persona con dos dedos de frente,es decir,con un mínimo de raciocinio creo que te la daría.
Gracias, no solo por tener la cabeza bien puesta,sino también por tu trabajo.Me alegro que todavía queden personas como tú.

Anónimo dijo...

Bochornoso:

http://www.elpais.com/articulo/cataluna/alcaldesa/Cunit/freno/arresto/iman/extremista/acusado/acoso/elpepiespcat/20100129elpcat_1/Tes

Dimisión de la alcaldesa y expulsión del imán. Sin contemplaciones ni más tonterías.

Anónimo dijo...

Hola.
En días como hoy, cuando leo este tipo de artículos, me satisface ver que no todo el mundo es tan ignorante. Me siento orgullosa de saber que hay gente como usted, que lucha por lo que quiere, que defiende sus ideales y no se rinde.
Le pese a quien le pese, lleva razón.
La mujer, por mucho que canten los políticos, peces gordos y demás, no está en igualdad, ni mucho menos. Eso son excusas baratas que ponen para que gente como usted no luche para que esa idea de justicia e igualdad, nunca llegue a producirse.
Por cierto, resalto su reflexión:
"Así, la mujer o es madre o es niña; o es esposa o es hija, o es virgen o es prostituta, o es alma o es florero; o es sujeto o es objeto… No hay alternativa, la disyunción es exclusiva."
A más de una persona le pegaba lo que ha escrito en la frente y le obligaba a leerlo, porque no me puedo creer que en pleno siglo XXI sigan produciéndose tanta violencia en contra de la mujer.
Le doy las gracias, primero por el trabajo que está realizando, junto con el empeño y esfuerzo, además de, haber hecho que unos simple minutos leyendo me hayan hecho pasar tan buen rato.
Siga así, gente como usted es una minoría, pero por algo se empieza.